EL HOMBRE DE HOY...
DESCARTES
Para descartes el hombre es una sustancia finita (que necesita de otra sustancia para existir la cual es la sustancia infinita que es dios) el hombre es un ser conformado por cuerpo y alma.
Concepto
del ser humano según la corriente filosófica de René Descartes.
René
Descartes nos plantea su concepto del ser humano desde una perspectiva en la
cual propone dividir al ser humano, esto mediante la separación de lo que
el concibe como la sustancia espiritual y la sustancia extensa, donde plantea
que el cuerpo humano se ve sometido por las leyes naturales y mecánicas,
mientras que el alma no se ve limitada por las leyes anteriores y es libre con
la capacidad de iniciativa y espontaneidad propia; un vistazo de esto lo podemos
observar en su sexta meditación la cual dice:
"Aunque
tengo yo un cuerpo al que estoy estrechamente unido, sin embargo, puesto que,
por una parte, tengo una idea clara y distinta de mi mismo, según la cual soy
algo que piensa y no extenso y, por otra parte, tengo una idea distinta
del cuerpo, según la cual éste es una cosa extensa, que no piensa, resulta
cierto que yo, es decir, mi alma, por la cual soy yo lo que soy, es entera y
verdaderamente distinta de mi cuerpo, pudiendo ser y existir sin el
cuerpo." René Descartes fue siempre fiel a la tradición cristiana de
que el ser humano es cuerpo y alma y nos explica la relación del alma y el
cuerpo de la siguiente forma: "que el alma tiene su sede
principal en la pequeña glándula que se encuentra en medio del cerebro";
desde dicho punto controla los humores, los nervios y hasta la sangre de la
máquina corporal. Al mismo tiempo también nos dice que el alma no puede
mover el cuerpo, pues para mover algo material hay que ponerse en contacto con
ello, es decir, lo que mueve y lo que es movido deben estar contiguos en el
espacio, deben ser ambos sustancias extensas.Descartes trata de ilustrarnos su
concepción del alma de la siguiente manera: como un fontanero en un gran centro de
distribución de agua, que puede dejar pasar el líquido correspondiente por
una u otra cañería, de modo parecido, el almaen el cerebro controlaría el paso
de los "humores" o "calores" de la sangre por uno u otro
vaso, por una u otra cavidad o con una u otra intensidad.
"Pienso, luego existo" es un planteamiento filosófico de René Descartes, el cual se convirtió en el elemento fundamental del racionalismo occidental.
SPINOZA
En el campo de la filosofía Spinoza se declara monista, esto es, no cree en la existencia de un dualismo cuerpo-alma. Para Spinoza el hombre es cuerpo y mente y todo en su conjunto es parte de una sustancia universal con infinitos modos e infinitos atributos, algo que da lugar a un "monismo neutral". También es determinista, lo que supone que no cree en el libre albedrío: asegura que el hombre está determinado por leyes universales que lo condicionan mediante la ley de la preservación de la vida. Así, afirma que ser libre es regirse por la razón frente a la sumisión, por ejemplo, a la religión.
PENSAMIENTO: Partiendo de la innegable influencia de Descartes, creó un sistema muy original, con mezcla de elementos propiamente judíos, escolásticos y estoicos. En lo que se refiere a Descartes, éste había considerado la existencia de tres sustancias: el pensamiento, la extensión y Dios. Spinoza reduce estas tres sustancias a una sola: sustancia divina infinita, que según la perspectiva que se adopte, se identifica bien con Dios o bien con la Naturaleza.
Para Spinoza, la sustancia es la realidad, que es causa de sí misma y a la vez de todas las cosas; que existe por sí misma y es productora de toda la realidad; por tanto, la naturaleza es equivalente a Dios. Dios y el mundo, su producción, son entonces idénticos. Todos los objetos físicos son los «modos» de Dios contenidos en el atributo «extensión». Del mismo modo, todas las ideas son los «modos» de Dios contenidas en el atributo «pensamiento». Las cosas o modos son naturaleza naturada, mientras que la única substancia o Dios es naturaleza naturante. Las cosas o «modos» son finitas, mientras que Dios es de naturaleza infinita y existencia necesaria y eterna.
LEIBNIZ
Todas las manifestaciones de la personalidad de Leibniz, las científicas y filosóficas, las políticas y religiosas, desembocan en un único pensamiento central: el de un orden, no determinado geométricamente y, por tanto, necesario, sino organizado espontáneamente y, por tanto, libre. El orden universal que Leibniz quiere reconocer y hacer valer en todos los campos no es geométrico y necesario, sino que es susceptible de organizarse y desarrollarse del mejor modo, según una regla no necesaria.
Todo el trabajo de Leibniz se puede considerar dirigida a justificar la posibilidad de un orden espontáneo y de reglas no necesarias. En primer lugar, para esta justificación presenta la demostración de que orden no significa necesidad.
La necesidad, según Leibniz, se encuentra en el mundo de la lógica, no en el mundo de la realidad. Son idénticas, en el sentido de que no hacen más que repetir la misma cosa sin decir nada nuevo. Cuando son afirmativas se fundan en el principio de identidad(todo es lo que es); cuando son negativas se fundan en el principio de contradicción (una proposición es verdadera o falsa).
Las monadas se rigen por el principio de los indiscernibles: no se distinguen por la cantidad, sino por la cualidad. Cada monada posee su propia denominación de origen que la hace única y original.
Todo el trabajo de Leibniz se puede considerar dirigida a justificar la posibilidad de un orden espontáneo y de reglas no necesarias. En primer lugar, para esta justificación presenta la demostración de que orden no significa necesidad.
La necesidad, según Leibniz, se encuentra en el mundo de la lógica, no en el mundo de la realidad. Son idénticas, en el sentido de que no hacen más que repetir la misma cosa sin decir nada nuevo. Cuando son afirmativas se fundan en el principio de identidad(todo es lo que es); cuando son negativas se fundan en el principio de contradicción (una proposición es verdadera o falsa).
Las monadas se rigen por el principio de los indiscernibles: no se distinguen por la cantidad, sino por la cualidad. Cada monada posee su propia denominación de origen que la hace única y original.